Ochíos

Estos bollitos o ….no se muy bien como llamarlos, pues pueden ser  tanto dulces como salados, son muy  típicos de Jaén,  de allí es el marido de una de mis mejores amigas. El año pasado tras uno de los viajes a su tierra, además de aceite, me trajeron como souvenir, una bolsita de Ochíos. Bien saben ellos, que a mí…lo de comer, me va mucho más que  eso del cenicero con la frase:  “Estuve en Jaén y me acordé de tí”.

Ya ni me acordaba del nombre de esos panecillos, cuando al abrir una de las Revistas Th Magazin…”comidas al aire libre”, me encuentro con ellos...¡como un resorte salte de la silla, pitando para la cocina!

Quedan con una superficie finita y crujiente y dentro blanditos,  abiertos con algo de tomate “restregao” y buen embutido…¡vamos!…y con sólo jamón york, buenísimos, de verdad.

Sinceramente los que me trajeron mis amigos, eran de tamaño mucho más pequeños y blanquitos,  debí hacer caso a mi intuición, pero esta vez, la receta indicaba que partiera la masa en ocho porciones… (no se si tendrá algo que ver su nombre….¿Ochíos=Ocho?) y han salido bien grandotes, de los que alimentan con solo mirarlos.

Os sigo animando a que los prepareis en mis notas. ¡Qué no se las salte “naide”!

OCHÍOS

Ingredientes:
Masa
200gr de agua
60gr de manteca de cerdo
60gr de aciete de oliva
25gr de levadura prensada fresca
500gr de harina de fuerza
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de anís en grano

Para decorar
Aceite de oliva
Pimentón dulce
Sal gorda
Azúcar

Preparación:
Ponemos en el vaso el agua y la manteca a trocitos pequeñitos. Programamos 2 minutos, 37º, vel.3.
Añadimos el aceite y la levadura, mezclamos 12 segundos al 3
Incorporamos la harina, la sal  y el anís y amasamos 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga. Estamos pendientes de la máquina, porque puede desplazarse.
Dividimos la masa en ocho porciones, unos 90gr cada una (aunque podemos hacer cundir la receta, dejando las bolitas más pequeñas). Damos forma de bola procurando que nos queden bien lisas por la parte superior  y ligeramente la aplastamos con la palma de la mano. Las colocamos en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear.

Pintamos las bolas con aceite de oliva y espolvoreamos con pimentón y sal o azúcar, según la variedad que se prefiera.
Dejamos reposar en un lugar libre de corrientes de aire hasta que doblen su volumen (unos 30 minutos, según la temperatura ambiente)

Precalentamos el horno a 200º. Cuando hayan doblado su volumen, bajamos el horno a 180º  (en mi caso, calor arriba y abajo) y los horneamos durante 20-25 minutos.

NOTAS:
Es una masa perfecta, incluso para principiantes,  no se pega nada a las manos. Y ahora en verano,  excepto por el ratito del horno, es una pasada preparar este tipo de recetas, ya que los levados, suelen ser mucho más rápidos que en invierno, sobre todo en mi casa, que no tengo calefacción.
Además, solo lleva un levado, por lo que casi me han parecido expres.

A la próxima los hago más pequeñitos y una vez horneados, los congelaré para ir sacando según conveniencia o para llevarlos a cualquier picnic, donde seamos más comensales.

Los que llevan azúcar son típicos de la capital, los que son de pimentón y sal, son típicos de Ubeda y Baeza. Así que en honor a mi amigo Juanjo,  los preparé salados.

Si alguien copia la receta de la revista, encontrará que nos indica que amasemos durante 15 minutos ¡¡Upss! yo creo que debe ser una errata o al menos jamás he visto una masa que se tenga que tener tanto tiempo. Os aseguro que con los dos minutos, sale perfecta.

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